sábado, 8 de septiembre de 2007

Sin ayuda de Dios


Cuando se cumple un año del anuncio por parte de Michael Schumacher de su retirada, me vienen a la cabeza anécdotas de la trayectoria del que sin duda sí es un grande en la F1.


Schumacher es un piloto hecho a sí mismo. Llegó a Ferrari para ganar, o al menos para intentarlo, y a base constancia y trabajo muy duro consiguió que el equipo que hasta entonces era considerado un cachondeo se convirtiera en el creador de la "macchina vincente" que arrasó campeonato tras campeonato (con el permiso de Hakkinen) y creó un binomio PILOTO-EQUIPO insuperable hasta el día que llegó Alonso.


Normalmente las sesiones de test libres en F1 empiezan a las 9:00 y acaban a las 17:00, pero Schumacher las prolongaba hasta las 00:00 o más de la noche sobretodo cuando probaban en Fiorano. Dicen que Schumacher iba con un 456 GT a por pizzas siempre al mismo sitio para él y los ingenieros. Todo ese tiempo extra no lo empleaba sobre la pista sino que se reunía con los ingenieros (como sigue haciendo esta temporada) para analizar y analizar datos y telemetrías buscando lo que finalmente consiguieron: una máquina vencedora.


No hay que quitarle importancia a la configuración del equipo que hizo en torno a su figura. Todos los pilotos que han entrado en Ferrari mientras él estaba en activo sabían que había una jerarquía y que quien debía ganar era Schumi, aunque Schumi por ejemplo tomó como válidas configuraciones de Massa lo cual dice mucho de él en cuanto a su mentalidad abierta a la victoria.


Todo lo que es hoy lo ha conseguido sólo, con más o menos ayuda de la suerte, la FIA, etc. Es un grande y se le debe respeto.

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